Un ser vivo es algo que vive, que tiene vida. ¿Qué significa la vida? Hay dos sentidos de vida: un sentido biográfico, y otro sentido biológico. Aquí nos interesa este último. En 1943, Erwin Schrödinger había dictado unas conferencias sobre la definición de la vida, publicadas al año siguiente con el nombre What is Life? Desde entonces se han propuesto diversas definiciones de vida: metabólica, evolutiva, como reproducción, como complejidad, etc. Aquí, y por un propósito particular, me interesa explayarme sobre la definición termodinámica.
Se que no soy físico, pero me interesa presentar el tema de la manera más clara posible. Para ello, tomo prestado una conferencia de Jesús Mosterín, llamada ¿Qué es la vida? Una perspectiva evolucionaria, incluida en el libro Nuevos Paradigmas a comienzos del tercer milenio, Editorial El Mercurio-Aguilar, pp. 233 y siguientes.
Está vivo cuanto permanece en desequilibrio termodinámico. En efecto, una característica fundamental de los seres vivos- la base de su improbabilidad y excepcionalidad- es su estado de desequilibrio, como había recalcado Schrödinger. El segundo principio de la termodinámica señala que la entropía (la medida física del desorden) de un sistema aislado no puede sino crecer. Como el Universo es un sistema aislado, su entropía se incrementa continuamente; de hecho, aumenta con cada cambio que se produce en el mundo. Este principio explica la tendencia natural de los sistemas a la desorganización y al frío. El agua caliente se enfría (hasta la temperatura ambiente) espontáneamente, pero el agua fría no se calienta por si misma. El café y la leche se mezclan espontáneamente, pero no se separan de por si. Las máquinas se estropean, la ropa se ensucia y la habitación se desordena, casi sin darnos cuenta; pero hace falta una esforzada intervención nuestra para arreglar la máquina, lavar la ropa y ordenar la habitación. Dentro de esta tendencia general del universo hacia el desorden, la desorganización y el frío, los seres vivos representan excepciones locales. Todo organismo es una excepción cósmica, nada a contracorriente, en él se incrementan (o se mantienen) el orden, la organización y la temperatura, y se reduce la entropía. (Esto no contradice en modo alguno al segundo principio, pues los organismos no son sistemas aislados, sino sistemas abiertos hacia su entorno, con el que intercambian constantemente materia y energía). Sin embargo, también hay otros sistemas más abióticos en desequilibrio termodinámico, como el rayo o la capa de ozono (sistemas que no sean los seres vivos propiamente tales).
Del mismo modo, es sorprendente que la atomósfera terrestre contenga simultáneamente y en proporción constante metano (una parte en diez mil) y oxígeno (un veintiun por ciento). En presencia de la luz solar, el oxígeno molecular y el metano reaccionan y producen dióxido de carbono y agua. Para que, a pesar de ello, el oxígeno y el metano se mantengan en esas proporciones estables en el aire, cada año hay que inyectarle mil millones de toneladas de metano (proveniente en gran parte de la fermentación bacteriana en los barros anaerobios y en los intestinos de las termitas, de los rumiantes, e incluso de nuestro queridos punes, peos, o como quieran llamarle, de donde el metano sale a la atmósfera en forma de ventosidades) y el doble de oxígeno (que proviene de la fotosíntesis). El metano actúa de regulador del oxígeno.
Esta no es un post grosero ni mucho menos. Sólo se intenta reivindicar la importancia de nuestros punes, como dicen los Edwards. La maravillosa vida nos muestra, una vez más, que cada pequeña cosa puede tener su propia ciencia, su propio equilibrio. Y es ese misterio al que está abocado el CEA como think thank. Descubrir lo que de verdad, de regularidad, existe en cada caso. Por ello la publicación de papers, power points, y todas esas cosas. Nos interesa develar los misterios, y para eso estamos aquí, develando la importancia de nuestros queridos y amados (en privado) punes.
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