martes, 4 de diciembre de 2007

La metáfora conceptual y el CEA




Hoy presentaremos una teoría que nos permite explicar nuestra comprensión metafórica. Como el CEA está lleno de lenguaje metafórico (ya sea a través del símil, del paralelo, metonimia, etc.), es necesario que seamos capaces de entender qué sucede en nuestras mentes cuando usamos el lenguaje metafórico en los diálogos. La necesidad de saber qué está detrás de las metáforas y de distinguir los dominios que están involucrados en el uso metafórico nos permitirán una mejor defensa de nuestros valores y, por sobre todo, que no nos pasen gato por liebre (sobre todo los políticos). En toda metáfora hay dos dominios: el dominio META y el dominio de ORIGEN. En este sentido, la metáfora se define como la proyección de una ontología de un dominio hacia otro. Por ejemplo, las siguientes oraciones pueden ilustrarnos la siguiente metáfora:
- Nuestra relación entró en un callejón sin salida
- Viajeros del amor
- El carro del amor
- Seguiremos el rumbo del amor
- Los impedimentos de nuestro amor
- Nuestra relación va por buen camino
¿Cuál sería el dominio meta y el dominio de origen?
Dominio META: Amor
Dominio de ORIGEN: Viaje
E s decir, entendemos el amor en los términos de un viaje. ¿Adonde voy con esto? Que la esencia de la metáfora es entender y experimentar un tipo de cosa en términos de otra. Antes que un fenómeno que atañe a las palabras, es una forma de concebir un fenómeno, una forma que tiene respaldo en la comunidad, una forma que los hablantes reconocen, comprenden y usan de diferentes modos, mediante diversas palabras, frases y expresiones, convencionales y novedosas. Antes que un fenómeno retórico, la metáfora sería entonces un elemento de nuestro repertorio conceptual, un componente orgánico del lenguaje y de la cognición. Así, mientras que para la semántica tradicional la metáfora es explicada categorialmente, esto es, como una relación entre términos que pertenecen o constituyen una categoría lingüística, la perspectiva cognitivista postula que las categorías linguisticas son una consecuencia del apareamiento conceptual metafórico. Y el anclaje, claramente, está en la experiencia. Así, el marco de las categorías conceptuales es anterior al uso de expresiones lingüística. Para ello, recurrimos a la Teoria integrada de la metáfora primaria, conformada por cuatro partes. Primero, una teoría de la conjunción, según la cual existe un primer estadio de desarrollo humano en el que las experiencias subjetivas no aparecen diferenciadas de las experiencias sensorio-motrices. De este modo, por ejemplo, la relación abstracta de afectividad madre-hijo no está disociada de las sensaciones físicas de calidez que experimenta el niño cuando es abrazado por la madre. Durante este etapa de indiferenciación, se construyen automáticamente ciertas asociaciones que permanecen hasta más tarde, cuando el niño establece la distinción entre los dominios abstractos y los físicos. Estas asociaciones son las correspondencias metafóricas que constituyen la metáfora conceptual y que dan respaldo a las formas en que se habla y piensa acerca de las experiencias subjetivas tales como la afectividad. La segunda parte de la teoría está dada por el supuesto de que las metáforas complejas están conformadas por varias metáforas primarias. Cada metáfora primaria aparece natural, automática e inconscientemente en la experiencia cotidiana durante la etapa de conjunción, en la que se forman las asociaciones entre dominios. La tercera parte de la teoría integrada de la metáfora es la teoría neuronal, que se debe principalmente a Lakoff y Feldman. Pretende explicar el funcionamiento del lenguaje y el pensamiento en términos de actividad neuronal. El modelo para la metáfora supone que las asociaciones construidas durante la etapa de conjunción son realizadas neuronalmente en activaciones simultáneas de desembocan en conexiones neuronales permanentes (y recurrentes). Estas conexiones posibilitan la conformación de redes neuronales, que son las que definen los dominios conceptuales. Tomando el ejemplo de la afectividad, podemos entender que las correspondencias entre el dominio de origen (temperatura) y el dominio meta (afectividad), neurológicamente hablando, constituyen una red neuronal entre puntos cerebrales diferentes. La cuarta y última parte de la teoría es la denominada mixtura conceptual, que, en lo medular, postula la posibilidad de combinaciones conceptuales para el entendimiento.
Según Lakoff y Johnson, la implicación más importante de la teoría de la integrada es que adquirimos automática e inconscientemente un sistema de metáforas primarias simplemente por el hecho de funcionar en el mundo cotidiano desde los primeros años de vida e interactuar recurrentemente con el ambiente por medio de las formas más comunes de interacción.
Entonces, ¿en donde está el peligro del uso metafórico? En aquellas metáforas que usan los políticos (por ejemplo, bush y su metáfora del estado como un padre), en donde los dominios no tienen ese anclaje experiencial que, aquí, hemos mostrado como fundamental.
Postulados:
1) La metáfora no es cuestión de palabras, sino de conceptos
2) Una expresión metafórica es expresión lingüística de un concepto
3) El contexto linguistico y la situación entregan elementos para la intepretación metafórica.
4) Existe un conocimiento de fondo que respalda la interpretación. Este conocimiento es el concepto metafórico.

Por ello, miembros del CEA, los invito a descubrir apareamientos conceptuales que sean especialmente aplicables a nuestra institución. Por ejemplo: “eres un calentón”, “un sexo candente”, “encuentros con mucho calor”, etc. ¿Qué dominios están involucrados aquí?

El presente post fue hecho en base al texto “Metáfora: del lenguaje a la cognición”, del profesor de la Universidad de Concepción, Jorge Osorio, que forma parte de su tesis doctoral “Comprensión de metáforas conceptuales: un estudio descriptivo y experimental”. Además, se consultó el texto ”Metáforas de la vida cotidiana”, de George Lakoff y Mark Johnson, publicado por Cátedra, Madrid, 1995. Agradecimientos: al profesor Osorio y al profesor Arancibia.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesantemente largo, donde se resume exelentemente el momento oportuno para el uso de la metáfora. La verdad es que propongo que establezcamos un método de enseñanza práctica en cada uno de los temas que nos corresponden; donde Alejandro pueda comentarnos sobre errores y aciertos en nuestro vestir, Alberto en nuestra manera de hablar, Alvín jusgar a las niñas con que andemos cocorocos y yo sobre la manera en que nos servimos. Creo que de esta manera lograremos entender realmente lo que intentamos decir por ejemplo en un largo texto como este.
Saludos.
Dr. Riesco.

Anónimo dijo...

doc: que entiendes por eneseñanza práctica?

Anónimo dijo...

Lo que entiendo por enseñanza práctica es que frente al acontecimiento mismo, el maestro instruye al discípulo. Yo puedo leer como se examina al corazón, pero es distinto leer que se palpa el choque de la punta en el quinto espacio intercostal, línea media clavicular, que sentir un golpe fuerte y contundente, a 60 latidos por minuto dos dedos bajo la mamila de un individuo. Así pues propongo que frente al uso de metáforas mal usadas, frente a un mal pantalón, frente a conductas de riesgo, frente a un horrible espacio; cada quien critique a fin de adquirir conocimientos en la práctica para mantener los temas en cuestión insertos en las actividades de nuestras vidas diarias.
Dr. Riesco.