miércoles, 26 de diciembre de 2007

LA LIBERTAD, LA RESPONSABILIDAD Y LOS "HUBIERA SIDO DISTINTO SI...": ELIOT, SARTRE Y HABERMAS




LOS HECHOS
Eliot volvía a Estados Unidos el año 1932, su país natal, al que no visitaba desde 1915. En ese viaje, había dejado instrucciones a un abogado para que le tramitara su separación en Inglaterra. A su vuelta al Reino Unido, se negó a volver a vivir con su esposa y decidió vincularse a la Iglesia de Gloucester, compartiendo la vivienda con el cura párroco. La visita a su país natal, a su familia y a los lugares de su infancia debió causar una honda emoción en el poeta, especialmente en el contexto de estos años de inquietud personal, de una especie de conciencia de fracaso perceptible en su visión catastrófica de la ruina de Occidente, en la consideración de su vida con Vivienne, en su propia visión de si mismo como poeta acabado. La visita hubo de despertar en Eliot largas reflexiones sobre “lo que pudo haber sido” disparadas por la reconsideración de las escenas de su infancia y de su adolescencia. Era un momento en el que el futuro se presentaba incierto y no podía construirse sino sobre las ruinas del pasado.

PRIMER CUARTETO BURNT NORTON

What might have been is an abstraction
Remaining a perpetual possibility
Only in a world of speculation.
What might have been and what has been
Point to one end, wich is always present.
Footfalls echo in the memory
Down the passage wich we did not take
Towards the door we never opened
Into the rose-garden.

JEAN PAUL SARTRE – LOS CAMINOS DE LA LIBERTAD - LA EDAD DE LA RAZÓN I

Dice Santiago, abogado, hermano de Mateo, ante la petición de un poco dinero por parte de este último (Mateo tenía varios problemas; estaba por nacer su hijo, tenía algunas deudas y recibía un mísero cheque por su calidad de profesor). El contexto de la conversación descansa en la incapacidad de Mateo de formalizar su matrimonio por una serie de incertidumbres que rodeaban la decisión. Entre ellos, su apatía y las circunstancias que rodeaban a la persona de su prometida, una mujer de la bohemia francesa.

“Pero mírate bien, mi viejo: tienes treinta y cuatro años, el cabello se te cae un poco- cierto que no tanto como a mi-, ya no eres ningún jovencito y la vida bohemia te sienta muy mal. Además, ¿qué es la bohemia? Eso era muy bonito hace cien años, ahora es un puño de extraviados que no son peligrosos para nadie, todos fracasados. Tú has llegado a la edad de la razón. Mateo, has llegado a la edad de la razón o deberías llegar a ella- repitió distraídamente (…) Pongo diez mil francos a disposición si te casas con tu amiga” (P. 111).




JURGEN HABERMAS – FACTICIDAD Y VALIDEZ

“Dicho con pocas palabras, el lugar de la introducción a una vida virtuosa, efectuada por vía de mostración de casos ejemplares, el lugar de los modelos de vida lograda, recomendados para su imitación, pasa a ocuparlo cada vez más decididamente la exigencia abstracta de una apropiación consciente y autocrítica, la exigencia de una asunción responsable de la propia biografía individual, incanjeable y contingente. La interioridad radicalizada queda gravada con la tarea de un autoentendimiento en el que se entrelazan autoconocimiento y decisión existencial. Este desafío a, o exigencia de, agarrar sondeándolas las posibilidades con las que fácticamente damos ahí, pero que resultan determinantes en la acuñación de la propia identidad, lo plasma Heidegger en su fórmula de la existentia como geworfener Entwurf, es decir, como inatacta proiectio, es decir, como `proyecto o proyección de sí que da consigo arrojada ahí`. La irrupción de la reflexión en el proceso biográfico genera un nuevo tipo de tensión entre conciencia de la contingencia, autorreflexión y responsabilidad por la propia existencia individual” (Cap. III. p. 161).

EL ANÁLISIS
Los tres autores citados, Eliot, Sastre y Habermas, aunque en ámbitos distintos, me convocan a un tema absolutamente central de la vida moderna. Los límites de la libertad, difuminados con el advenimiento de una vida propiamente moderna (que es capaz de cuestionarse a si misma, que se ve a si misma desde fuera), nos abrieron posibilidades sin igual. En términos económicos, el costo alternativo nos ha provocado más de alguna mala pasada. Algunos lo han llamado la paradoja de la elección; es decir, a medida que aumenta la posibilidad de elegir entre una u otra opción (desde algo tan simple como comprar un jeans, ir a una fiesta, estar con una mujer o elegir que estudiar), disminuye la capacidad de satisfacción del bien adquirido (es decir, siempre cabe la posibilidad, una vez adquirido el bien, de preguntarse si, de haber elegido otra opción, se estaría más satisfecho). Este artículo es un llamado a la responsabilidad.

Tres consejos a partir de las lecturas:

Eliot: Esa reflexión te puede matar.
Sartre: Uno no puede andar parrillándose la vida entera.
Habermas: La reflexión acerca de la tensión es una opción válida.

Lo importante, creo yo, es intentar, siempre, acercarse lo más posible a las condiciones de sinceridad.

Alberto Coddou.

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